Esteban Ibarra

Movimiento contra la Intolerancia, por los Derechos Humanos

En 2020 se han registrado 380 incidentes de violencia política y odio ideológico en Cataluña, 122 de ellos de hispanofobia

 |  | Actualizado: 29/04/2021 11:42

El Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña ha constatado 380 incidentes de violencia política y odio ideológico en esa comunidad autónoma en 2020, que han provenido casi en exclusiva del ámbito del secesionismo, según informa.

Del total de incidentes, 349 (el 92%) han sido perpetrados a manos de independentistas (a título individual o en grupo), mientras que casi un 3% se atribuyen al ámbito ideológico contrario a la secesión, y en 20 casos no ha sido posible identificar su autoría.

Esta entidad, creada por las asociaciones Impulso Ciudadano Movimiento contra la Intolerancia, presididas por José Domingo y Esteban Ibarra, respectivamente, ha presentado esta semana su informe anual que recopila los incidentes relacionados con la violencia política y el odio ideológico cometidos en esta comunidad.

«En ese periodo se ha constatado la consolidación de un modelo de violencia política, los estallidos recurrentes en torno a acontecimientos puntuales que cumplen la función de detonantes al servicio de la estrategia del independentismo para desestabilizar el marco social e institucional. Se puede afirmar que este patrón de violencia sostenida con picos de caos social es la forma que ha tomado el ‘procès’ tras fracasar el golpe institucional de 2017″, explican.

Del total de incidentes, 110  (el 29%) se han registrado en redes sociales; mientras que los 270 restantes (el 71%) se han producido en distintos puntos geográficos de Cataluña.

El Observatorio apunta que «las medidas de confinamiento por la pandemia y la desmovilización independentista ha hecho disminuir de forma muy significativa el número de incidentes». Recuerda que en 2019, cuando todavía no había pandemia, contabilizó 1.166, un 68% más que ahora.

El grupo de víctimas que ha sufrido de manera reiterada y mayoritaria actos de violencia política ha sido el de particulares y entidades contrarias a la independencia.

En 281 casos (el 74%), las víctimas han sido identificadas como contrarias a la secesión; en 26 casos (7%), como secesionistas; y en 73, de adscripción ideológica indeterminada.

Los grupos que han sufrido de una manera más reiterada la violencia política han sido, una vez más, los identificados como constitucionalistas o contrarios a la secesión de Cataluña, con 52 de los 62 ataques a partidos políticos, un 84%, porcentaje casi idéntico al de 2019 (83,70%).

Los partidos contrarios a la independencia han sufrido los siguientes incidentes: VOX, 23 (37,10%), el Partido Socialista de Cataluña, 13 (20,97%), Ciudadanos, 9 (14,52 %), En Comú Podem, cuatro (6,45 %) y el Partido Popular, tres (4,84 %).

«Sobresale el extremo nivel de violencia del secesionismo y el anticonstitucionalismo contra VOX, que ha sufrido casi el 40% de las agresiones», destaca el Observatorio.

El partido independentista ERC ha recibido 10 ataques, un 16% del total, «siete de los cuales provienen del propio ámbito secesionista». Otros dos han sido identificadas como antisecesionistas y uno como indeterminado.

También ha constatado 12 incidentes violentos contra entidades o sus representantes en 2020. De los 12 ataques, las entidades constitucionalistas sufrieron 10 y dos, las independentistas.

La entidad más atacada fue, nuevamente, la asociación juvenil ‘S’ha Acabat!’ (cuatro incidentes), seguida de ‘Societat Civil Catalana’ (dos) y ‘Catalunya Peuple d’Espagne’, Impulso Ciudadano, Concordia Real Española, la Plataforma Catalanes por España, Òmnium Cultural y la ‘Assemblea Nacional de Catalunya’, con uno cada una.

Por otra parte, de los 146 incidentes registrados contra autoridades, profesionales e instituciones, «el objetivo principal de estos actos violentos ha sido el Rey Felipe VI», con «intentos de escrache y campañas denigratorias durante sus visitas a Cataluña, la quema reiterada de fotos o representaciones del monarca por toda la geografía catalana, o el despliegue de símbolos amenazadores como guillotinas y maniquís ahorcados, con un total de 57 incidentes (39,04%)», informa el Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña.

También ha constatado tres incidentes contra el Poder Judicial y uno contra la Fiscalía.

21 ATAQUES A LAS FUERZAS DEL ORDEN Y CUERPOS DE SEGURIDAD Y 17 AGRESIONES A PERIODISTAS

Sin contabilizar la totalidad de las víctimas de las fuerzas policiales, el Observatorio ha contabilizado 21 ataques a las distintas fuerzas del orden y cuerpos de seguridad, un 14% del total: la Policía Nacional ha sido el blanco de cuatro incidentes; la Guardia Civil, de seis; las Fuerzas Armadas, seis; los ‘Mossos d’Esquadra’, dos; y la Policía local, otros dos.

Durante 2020 el Observatorio también ha constatado un gran número de agresiones a periodistas (17 casos, el 12%), «lo que los ha convertido en el colectivo profesional que ha sufrido mayor número de incidentes violentos», indica.

Además, informa que «como novedad, la violencia política se ha extendido a otros ámbitos profesionales no presentes en el informe anterior, registrándose cinco incidentes violentos contra representantes del mundo de la cultura y el deporte, señalados por el ámbito secesionista por su posicionamiento público constitucional».

También indica que la violencia política contra autoridades, instituciones y colectivos profesionales se ha originado casi exclusivamente a manos del secesionismo, con 141 de 146 incidentes (96,5%), y tres de origen indefinido.

TIPOS DE ACTOS VIOLENTOS

Los actos violentos más comunes han sido el acoso y boicot a los contrarios a la independencia (46), el escarnio a figuras y representaciones del ámbito constitucional (46), los daños a bienes del ámbito contrario a la secesión (43), las injurias a representantes del constitucionalismo (24), el enaltecimiento del terrorismo dirigido a los constitucionalistas (20), las amenazas a los contrarios a la secesión (19) y las agresiones físicas a constitucionalistas (13).

En cuanto a su localización, aparte de los 110 incidentes en redes sociales, se han registrado 270 en el territorio catalán.

El Observatorio indica que «siempre en términos absolutos, la mayoría de los incidentes tuvieron lugar en Barcelona capital (136 incidentes, 50,37 %), que sumados a los ocurridos en su área metropolitana (ocho casos, 3%) y resto de provincia (48 incidentes, 18%) suponen el 71% del total».

Apunta que Tarragona toma el relevo de Lérida como provincia con menor número de incidentes, con 15 hechos registrados, un 5,5%.

En cuanto a la cronología, el mes de máxima conflictividad ha sido de nuevo octubre, con 63 incidentes, 54 de los cuales (el 86%) fueron incidentes violentos en distintas localidades catalanas.

El Observatorio señala que «sin llegar al grado de violencia de la «Semana extrema» de octubre de 2019, este mes se consolida como el mes más convulsivo del año, con actos en torno al aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y la visita del Rey el 8 del mismo mes como momentos álgidos». El segundo mes de mayor conflictividad ha sido septiembre, con 48 incidentes.

HISPANOFOBIA

El Observatorio también destaca la «creciente hispanofobia en la violencia política y expresiones de odio en Cataluña».

Ha contabilizado 122 incidentes con componente hispanófobo en 2020, un 32% del total.

Agresión en Tarragona de un independista a una mujer que llevaba una bandera de España, ocurrida durante una de las protestas de separatistas por la sentencia del ‘procés’.

Señala que «la hispanofobia como fenómeno xenófobo tiende a ser obviado institucionalemente al carecer de dos elementos tal y como es habitualmente entendida: componente racial y origen foráneo».

Expone que la hispanofobia se produce dentro de la propia comunidad y entre ciudadanos que comparten espacio, origen, nacionalidad y lengua, pero resalta que «esto no excluye que estos incidentes conlleven connotaciones claramente xenófobas e intolerantes y un discurso implícito de odio destinado a servir como semilla de la violencia que germina posteriormente en las calles catalanas».

«Las décadas de consolidación de estereotipos denigrantes y clasistas en torno al castellanoparlante en determinados medios de comunicación han desembocado en las actuales manifestaciones abiertas de odio, tanto en redes sociales como en actos, en los que se insulta o directamente se desea la muerte o liquidación del diferente, en este caso, el estereotipo creado por el propio nacionalismo del «español» invasor y opresor», expone.

El Observatorio ha detectado un «incremento de los incidentes relacionados con el odio y la hispanofobia en redes», pero en el informe sólo ha incluido manifestaciones de odio en redes cuando éstas han provenido de personajes relevantes en el ámbito profesional, político o social.

Según indica, «la procedencia de las declaraciones de odio e hispanofobia en redes sociales han seguido el modelo establecido en los actos de violencia física en una proporción incluso mayor: No se ha registrado en redes ninguna declaración de odio o catalanofóbica proveniente de profesionales, responsables políticos o entidades del ámbito constitucionalista y contrario a la secesión».

Por otra parte, manifiesta que personajes independentistas habituales de los medios de comunicación públicos «se han convertido en estrellas habituales de la hispanofobia en redes sociales» como Twitter y en medios públicos, como ‘TV3’ o ‘Catalunya Ràdio’.

El Observatorio también desmiente «el discurso de la Generalitat sobre la violencia de la extrema derecha “españolista” como determinante de la violencia política en Cataluña». Informa que frente a una presencia testimonial de incidentes relacionados con ese colectivo, observa el «importante crecimiento de una incipiente extrema derecha supremacista en el ámbito independentista, identificados así los agresores que en sus actos han utilizado simbología, lemas o enseñas relacionados con dicha ideología».

En este sector, se han registrado cuatro incidentes provenientes de» la ultraderecha independentista (Catalunya Catalana) y uno de ultraderecha españolista (FNI-PNSOE)».

Los datos también muestran la «transversalidad ideológica de la violencia independentista, desde la extrema izquierda de las CUP, alentadores directos o indirectos de la gran mayoría de campañas de acoso y odio a posiciones constitucionalistas, al supremacismo xenófobo de la extrema derecha independentista representada por Catalunya Catalana o sectores próximos a los CDR, como el colectivo ‘L’Estaca’ y sus campañas de acoso al propio independentismo en su papel de guardianes de las esencias de la nación catalana», según expone.

Señala que la iconografía de la violencia política en Cataluña durante 2020 arrojada por la recopilación de 380 incidentes «es un paisaje siniestro: guillotinas, cabezas de cerdos, figuras ahorcadas o ardiendo; personas golpeadas o amenazadas, profesionales zarandeados…». «Es el retrato de una sociedad dividida en la que los roles de víctimas (74% de víctimas no secesionistas) y verdugos (un 92% de agresores independentistas y anticonstitucionalistas) se reparten de manera consistente», apunta.

El Observatorio afirma que nos enfrentamos a una violencia estructural que se ha transmitido de manera consciente a una «sociedad intoxicada por un discurso totalitario, letal para un modelo de sociedad que respete los derechos de todos». «Es una realidad violenta que no sólo es ignorada y ocultada por las instituciones catalanas, sino que es potenciada por estas. Es un hecho innegable la connivencia de los poderes públicos de Cataluña con esta marea de intransigencia y odio», denuncia.

«Una Generalitat que no sólo no deslegitima la violencia, sino que cuestiona a las propias fuerzas de seguridad dependientes de ella y que a través de sus medios de comunicación públicos, TV3 y ‘Catalunya Ràdio’, lanza las consignas victimistas habituales y las coartadas morales pertinentes que son semilla y aliento de las sucesivas olas de graves desórdenes sufridas en las calles de Cataluña», afirma.

«Una connivencia y una colaboración necesarias que no se limitan al gobierno de la Generalitat, sino que se extiende a todo el arco parlamentario que lo sustenta, dominado por las formaciones políticas independentistas que riegan con la gasolina de sus resoluciones el fuego de las calles de Cataluña y se niegan a condenar la violencia de los CDR», critica.

El Observatorio denuncia que la Generalitat de Cataluña «ha utilizado de manera sistemática y sectaria las instituciones al servicio de su proyecto de ruptura».

Según explica, en este contexto, la Oficina de Derechos Civiles y Políticos (ODCiP) de la Generalitat «ha ignorado la mayoría de los actos de violencia callejera y de acoso a los políticos, entidades y ciudadanos particulares contrarios a la secesión sucedidos en sus sucesivos informes y ha cumplido de manera sistemática su función como think tank para la creación de un marco teórico y una narrativa que justifiquen la estrategia y actuaciones del independentismo, incluida la violencia proveniente del ámbito secesionista y la vulneración de derechos civiles, amenazas, agresiones y delitos de odio contra todo aquel que se oponga a este discurso».

Movimiento contra la Intolerancia e Impulso Ciudada no advierten sobre «una realidad enquistada y un futuro incierto y amenazante que es urgente cambiar».

Señalan que «nos enfrentamos a una dinámica de odio». «Una realidad que, de no ser reconducida desde las instituciones del Estado, acabará destruyendo de manera inevitable nuestro modelo de convivencia y nuestra democracia», alerta.

El Informe del Observatorio incorpora en el Anexo un análisis de Esteban Ibarra sobre la intolerancia, discriminación, discurso de odio y violencia en Cataluña. 

En 2020 se han registrado 380 incidentes de violencia política y odio ideológico en Cataluña, 122 de ellos de hispanofobia

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