Esteban Ibarra

Movimiento contra la Intolerancia, por los Derechos Humanos

Movimiento contra la Intolerancia condena los incidentes de odio agresivos cometidos por minorías radicalizadas contra Ciudadanos, durante la semana del Orgullo, y pide la erradicación de estas conductas.

Nota de Prensa.- Movimiento contra la Intolerancia  condena los incidentes de odio agresivos cometidos por minorías radicalizadas contra Ciudadanos, durante la semana del Orgullo, y pide la erradicación de estas conductas.

En un contexto de plausible y gran movilización social por las reivindicaciones  plenas de los derechos de las personas LGTBI+ y de reconocimiento  a los pioneros y mayores que sufrieron opresión y represión hacia su libre orientación afectivo-sexual  e identidad de género, hemos podido ver y comprobar directamente como grupos de personas, desde su radicalización extremista, impedían el ejercicio de libertades públicas y derechos fundamentales a los manifestantes del partido Ciudadanos en diferentes ciudades españolas.

Los extremistas en  Barcelona  impidieron circular su autobús, lo pintaron con insultos e infamias y les obligaron a retirarse  bajo amenaza de quemarlo, incluidas las personas que estuvieran dentro; en Sevilla se injurió y atacó con pintura a  los manifestantes de este partido, alcanzando a la Consejera de Igualdad de la Junta de Andalucía y obligándoles a retirarse; en Valencia los insultos y ataques con pintura también les impidieron la libre participación en la manifestación.  Finalmente en Madrid,  la infamia, el lanzamiento de objetos y el bloqueo  de su marcha en la manifestación, también obligó a  que realizaran su retirada, escoltados por las fuerzas de seguridad. Vergonzoso.

En todos los casos, estos incidentes de odio, fueron dirigidos  a impedir la legítima presencia y participación de Ciudadanos  en las manifestaciones y fueron protagonizados por minorías radicalizadas -nunca por el conjunto de los manifestantes-  e incurrieron, a nuestro juicio,  en la infracción del 514.4 del C. Penal, destinado a sancionar a quien impide el derecho de manifestación o la perturba gravemente. Es decir, esos grupos radicalizados  cometieron presuntamente delitos de odio por motivos ideológicos, e intentaron ampararse en la multitud de manifestantes que habíamos acudidos convocados por unos lemas  por los que hemos luchado y seguiremos luchando hasta conseguirlos plenamente,  no solo en España, sino a nivel universal donde encontramos a 70 países que castigan penalmente las relaciones entre personas del mismo sexo, y que en 11de ellos podría suponer la pena de muerte.

Estas conductas agresivas de odio e intolerancia, nos recuerdan a otras  recientes que hemos conocido y sufrido, como aquellas de los “ultra-borrokas” que lanzaban huevos y tornillos , escupían e insultaban a los pacifistas que nos manifestábamos en contra de la violencia y del terrorismo; nos recuerdan a los “ultras-fascistas” cuando nos hostigan y agreden a quienes defendemos los derechos de las personas vulnerables, entre ellas las LGTB+;  y también nos recuerdan a los “ultra-secesionistas” cuando atacan a manifestantes constitucionalistas que reivindican sus derechos. Sin embargo,  los movimientos sociales democráticos ni pueden aceptar esto, ni guardar silencio cómplice, ni entrar en dobles raseros y demonizaciones. Hay que ir a los hechos, sin que nos manipule nadie y con criterio propio.

No hay “peros”, ni justificaciones “políticas”, no existe el “contraderecho” de suspender derechos de libertad y manifestación, como muchos de nuestros pioneros veteranos contra la dictadura, contra  la represión, la opresión y las agresiones homófobas , nos lo recuerdan de manera insistente, como también advierten del peligro de que la intolerancia penetre en los movimientos sociales, dañándonos por ser contraria a la libertad, a la igualdad, tolerancia y solidaridad que van implícitas en estas nuestras movilizaciones LGTB+, en las que ya  participamos desde 1977.

El Orgullo siempre ha sido expresión de Tolerancia, transversal  e incluyente, y aunque es lícito criticar, disentir, manifestar opinión, incluso gritando, no lo es dañar dignidad y derechos porque entra en el terreno de lo ilícito que debemos impedir en todos los campos sociales. Y a quienes   jalean, justifican  o predican el “vale todo” o el “fin justifica los medios”, les volvemos a recordar  que “la libertad de expresión no es libertad de agresión”, por eso siempre defenderemos el Estado de derecho y social, así como las movilizaciones democráticas LGTB+, recordando que lo que sobra es la conducta extremista, totalitaria y excluyente en todos los ámbitos de reivindicación social.

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