La mayoría de los crímenes de violencia machista los cometen los españoles, no los extranjeros
Escrito por patricia el 1/08/19 • En la Categoría Noticias
H. M. GARRIDO 04.01.2019 – 19:37H Hasta 30 de los 47 asesinatos machistas de 2018 fueron perpetrados por personas de nacionalidad española. Pese a ser minoría, el porcentaje que representan los extranjeros aumenta al 38% desde el 27% de 2015. «La nacionalidad es irrelevante en la cultura machista», explica Esteban Ibarra (Movimiento contra la Intolerancia).
Cada vez que se produce en España el asesinato de una mujer a manos de su pareja (o ex pareja), parte de la sociedad pone el interrogante en la nacionalidad del agresor introduciendo en la opinión pública el argumento de que la violencia machista no es intrínseca de la cultura española, sino que la introducen los inmigrantes que llegan al país. Los datos, sin embargo, muestran que 18 de los 47 asesinatos machistas que se produjeron en 2018 en nuestro país fueron cometidos por personas de nacionalidad extranjera. El resto, un 62%, fueron cometidos por personas con nacionalidad española. No es algo que solo sucediese en 2018. Ha sido una constante desde que se manejan estadísticas oficiales. El número de asesinatos machistas cometidos por extranjeros siempre ha sido inferior a la cifra de crímenes perpetrados por españoles. Entonces, ¿por qué se realiza este énfasis en la nacionalidad del agresor? «Es claramente un prejuicio xenófobo», explica a 20minutos Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia. Ibarra admite que ciertas culturas pueden acoger más violencias machistas «cotidianas y puntuales», pero subraya la gran diferencia entre este tipo de actitudes y cometer un asesinato. «Rechazamos de plano el sostenimiento del prejuicio de que haya culturas mas violentas. La cultura machista es planetaria, por lo que la nacionalidad es irrelevante cuando se realiza un acto de violencia machista». Un repaso a las redes sociales, sin embargo, muestra que la realidad de los datos empapa a cuentagotas al discurso popular. «Otro asesinato machista cuyo asesino es un ecuatoriano, hagan el favor de significar su nacionalidad porque es fundamental», dice un usuario por Twitter tras conocerse que el autor del primer crimen machista del año, que se produjo este jueves en Laredo, es latinoamericano. «Nacionalidad ecuatoriana, dejen de echar tanta bilis hacia los españoles», añade otro. «Es que la estigmatización es tan vieja como el ser humano», apunta Ibarra. «Se usa una visión negativa que ya tengo del otro, y le estigmatizo con todos los males, incluida la violencia machista. Además, la nacionalidad obvia otros condicionamientos como pueden ser los socio-económicos». Un porcentaje del 40% Los causados por extranjeros han evolucionado de forma paralela al movimiento migratorio: crecieron a comienzos de siglo por la venida de más inmigrantes al país con el boom del ladrillo, y bajaron durante la crisis económica cuando muchos regresaron a sus países. Sin embargo, en los cuatro últimos años se ha estabilizado en una cifra de 16 a 18 agresores extranjeros en los últimos años, mientras que entre los nacionales la cifra ha disminuido. El presidente de Movimiento contra la Intolerancia tiene tres explicaciones a que el porcentaje de crímenes machistas cometidos por extranjeros haya aumentado desde el 27% de 2015 —26 de los 60 que se produjeron aquel año— al 38% del año pasado (18 de 47). «La primera es que la recuperación ha incrementado la presencia extranjera en el país hasta los seis millones de personas», apunta Ibarra; «la segunda es que los tramos de edad de la población inmigrante que vive en España se acerca más a la más proclive a episodios machistas, no se puede comparar dos poblaciones que no son homogéneas en sus características, porque la española tiene más personas mayores y niños, menos proclives a episodios de crímenes machistas». La tercera, dice Ibarra, es que el discurso de prevención llega menos al colectivo extranjero de primera generación, «algo que no sucederá con sus hijos, más sensibles y permeables a la violencia machista porque reciben los mismos mensajes en las escuelas y en los medios de comunicación que el resto de los chicos de su generación».
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