Esteban Ibarra: “El Estado de Derecho no puede perder el control sobre la violencia en Torre Pacheco»
Escrito por patricia el 7/15/25 • En la Categoría Noticias

Confilegal.- Torre Pacheco vive días convulsos. La localidad murciana ha sido escenario de una grave escalada de violencia entre jóvenes de origen magrebí y grupos ultras llegados desde distintos puntos del país.
En este contexto, Esteban Ibarra —presidente del Movimiento contra la Intolerancia, uno de los mayores expertos sobre esta temática— ha alzado la voz con una advertencia rotunda: “El Estado de Derecho no puede perder el control sobre la violencia en Torre Pacheco ni en ningún otro lugar de España», en clara referencia a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
La solución: firmeza institucional y responsabilidad política
En declaraciones a Confilegal, Esteban Ibarra aboga por una respuesta clara y firme del Estado de Derecho. Insiste en que el único camino posible es el de la neutralización simultánea de ambas violencias, tanto la de origen delincuencial como la de carácter racista.
Reclama actuaciones judiciales, detenciones y un despliegue efectivo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para desactivar los focos de conflicto.
“Si la Guardia Civil toma el control y se producen detenciones en ambos bandos, esto se puede acabar esta misma noche. Pero tiene que haber neutralización real de los contendientes”, afirma con contundencia.
Además, exige responsabilidad a todos los partidos políticos, reclamando que no instrumentalicen este tipo de conflictos con fines partidistas, ni desde la derecha ni desde la izquierda.
“No se puede usar esto para agitar el miedo a la inmigración, como hace Vox, ni para proyectar una lucha simbólica contra un supuesto racismo estructural ignorando la realidad delictiva, como hacen otros. Lo primero es la seguridad, lo segundo es la política”, sostiene.
Ibarra avisa, además, que este conflicto podría repetirse en cualquier otro punto del país si no se corrigen errores estructurales: políticas migratorias mal gestionadas, falta de integración real, ausencia de prevención del racismo y permisividad con las entradas irregulares.
Solo con una respuesta integral —desde Interior, Inclusión, Justicia y Educación— podrá desactivarse el peligro que, a su juicio, amenaza con convertir a más barrios en polvorines.
Un conflicto con múltiples frentes
El presidente del Movimiento contra la Intolerancia detalla las causas que, a su juicio, han alimentado este conflicto, señalando un conjunto de factores sociales, migratorios y políticos que han confluido en un estallido de tensión.
Según sus palabras, el problema no está en la inmigración como tal, sino en la aparición de grupos de jóvenes delincuentes, principalmente marroquíes, que protagonizan robos, agresiones y altercados que generan un clima de inseguridad real en barrios concretos.
“Los vecinos de Torre Pacheco no tienen ningún problema con los inmigrantes africanos, hindúes, pakistaníes o latinoamericanos. El problema específico está con algunos jóvenes marroquíes que han venido a delinquir”, explica.
El 30 % de la población de Torre Pacheco, que cuenta con 40.000 habitantes, 12.000, son inmigrantes.
Esa percepción vecinal ha sido el detonante de una protesta convocada por el propio alcalde para denunciar la delincuencia.
Sin embargo, la manifestación fue aprovechada por grupos ultras, muchos de ellos organizados y llegados de fuera, que usaron el descontento ciudadano para alimentar el enfrentamiento.
Con gritos de “¡A por ellos!”, arrastraron a jóvenes locales, provocando un choque directo con grupos de jóvenes marroquíes que también se organizaron a través de redes sociales para responder.
Ambos bandos, según Ibarra, actúan con un nivel preocupante de organización. Desde los ultras pertrechados con palos, bates y armas blancas, hasta jóvenes marroquíes que llegan en tren o en coche desde otros municipios.
Se citan, se agrupan y chocan en un escenario que el activista compara con la guerrilla urbana, en la que incluso se han documentado incendios, barricadas y despliegues tácticos.
“Esto no es espontáneo. Tienen móviles, saben coordinarse, se citan por redes y actúan como comandos. La violencia se ha sofisticado y no es patrimonio exclusivo de un grupo”, advierte
Críticas al enfoque polarizador de la izquierda
Uno de los aspectos más controvertidos que Ibarra denuncia es la lectura sesgada que parte de la izquierda está haciendo del conflicto, al reducirlo únicamente a un fenómeno de violencia racista.
Aunque reconoce sin ambages que existe una parte de la violencia que sí tiene motivaciones racistas y debe ser perseguida como delito de odio, también señala que ignorar la delincuencia de algunos jóvenes inmigrantes o generalizar a toda la población española como racista es igual de irresponsable.
«No se puede estigmatizar a todos los inmigrantes, como tampoco se puede decir que todos los españoles son racistas. Hay racistas como hay delincuentes, ni más ni menos”, puntualiza.
Ibarra considera “insensato” el discurso que tacha la situación de “terrorismo racista” sin atender al conjunto de los hechos. De hecho, denuncia que ciertos sectores de la izquierda alimentan el conflicto civil con un discurso maximalista, que eleva lo ocurrido a un nivel simbólico de lucha antirracista abstracta, sin atender a la realidad concreta de inseguridad que muchos vecinos llevan tiempo denunciando.
“Eso de hablar de terrorismo racista o de exterminio es una barbaridad. No hay tal. Son mensajes que alimentan el conflicto civil. No ayudan a resolverlo, lo agravan”, sentencia.
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