Peligroso olvido del antisemitismo en la futura ley integral para la igualdad de trato y no discriminación
Escrito por patricia el 5/03/22 • En la Categoría Artículos
La aprobación por la Comisión de Igualdad del Congreso del Informe de la Ponencia de la Ley integral para la igualdad de trato y la no discriminación conlleva un pecado no venial, como es la ausencia de mención alguna al histórico, grave y actual problema de la discriminación antisemita que alcanza a las personas y comunidades judías así como a sus allegados y defensores.
Amén de otros errores dignos de mencionarse junto a este olvido escatológico que debería hacer reflexionar a nuestros representantes parlamentarios sobre necesarias modificaciones de esta proposición de Ley.
Defiendo y reivindico la necesidad de esta Legislación, incluso antes de las Directivas europeas del año 2000 de Igualdad de trato.
Pongamos desde el asesinato racista de Lucrecia Pérez donde nuestra asociación comenzó a reivindicar la más amplia legislación para combatir la discriminación e intolerancia, y para proteger la universalidad de los derechos humanos.
Muchos de los avances institucionales al respecto han venido precedidos de nuestra lucha con sufrimiento, a veces muy en solitario, y con el dolor de las víctimas, especialmente de crímenes de odio.
He colaborado en la redacción de esta necesaria Ley en cuatro ocasiones desde la época del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, hasta hace poco tiempo con el gobierno actual. Y nunca entendí los retrasos en su aprobación.
Colaboré con la «Llei d’igualtat de tracte i no-discriminació aprobada por el Parlament» (2020), así como con todas las Comunidades Autónomas que me lo pidieron, como sucedió en Madrid, donde su aprobación no se concretó.
Y en todas reafirmé la necesidad de denunciar, luchar y en especial, apoyar a las víctimas del racismo, la xenofobia, el antisemitismo, la lgtbifobia, la misoginia, el sexismo y otras formas de intolerancia, lo que proyecté en todos nuestros informes a los diputados y especialistas.
Sin embargo, en este Informe de la Ponencia se constata una omisión tóxica. No hay mención alguna a la intolerancia y discriminación antisemita.
Eso genera gran zozobra e inquietud en las personas, entidades y comunidades afectadas, pues somos conscientes de la realidad que señala la Unión Europea, verificable también en España, cual es al avance de los tres principales vectores del antisemitismo actual, que son señalados en sus informes, como los extremismos izquierdistas y derechistas o neofascistas, y un tercero vinculado en especial a la interpretación del yihadismo.
¿OLVIDO O BORRADO?
Sorprende la omisión en el texto de la más mínima referencia a combatir el antisemitismo, y en cambio contrasta con la justa apreciación del antigitanismo, de la xenofobia, la homofobia o la transfobia, entre otras fobias e intolerancias.
¿Se nos deben encender las alarmas?
Un peligroso aliado del antisemitismo es ignorar el problema, banalizarlo o trivializarlo, opacarlo, ocultarlo, situarlo en el ostracismo legal, político y social, en definitiva, no ver el virus antisemita.
¿Qué les ha sucedido a sus señorías? ¿Se les pasó? ¿Es desconocimiento? ¿Fue una omisión imprudente o dolosa? ¿Olvido o Borrado?
En la Exposición de Motivos de la Proposición de Ley, donde se referencian términos y se explican fundamentos jurídicos y políticos del posterior articulado.
¿Por qué no se hace explicita la mención a la aprobación por la Comisión de la UE de la ”Estrategia (2020-2030) para combatir el Antisemitismo y apoyar la forma de vida judía?”, que implica la lucha contra discriminación.
Convendría recordar, de forma inexcusable, que una de las pioneras en la lucha contra la discriminación antisemita en España fue Violeta Friedman, un combate que comenzó en 1985 contra el general de las Waffen SS, preferido de Adolf Hitler, León Degrelle, por denigrar a las víctimas judías de la Shoà, ganado en el Tribunal Constitucional (1991) y que extendió en favor de la lucha general contra la discriminación y el odio durante su Presidencia de honor en Movimiento contra la Intolerancia.
La sentencia del Tribunal Constitucional, presidido por Francisco Tomás y Valiente, posteriormente asesinado por ETA, cuyo ponente fue el magistrado Vicente Gimeno Sendra, tras solicitar amparo constitucional el abogado Jorge Trías, en nombre de Violeta Friedman, demandante y sobreviviente de Auschwitz, planteó una brillante pedagogía donde la sentencia insiste en que ni la libertad de expresión, ni la liberad ideológica, comprenden el derecho a efectuar manifestaciones, expresiones o campañas de carácter racista o xenófobo, pues como dispone el artículo 20.4, no existen derechos ilimitados, y ello es contrario a bienes constitucionales como la dignidad humana.
La contundente sentencia, importante en la reforma del Código Penal de 1995, condenó el negacionismo del Holocausto y defendió que “La dignidad como rango o categoría de la persona como tal, del que deriva y en el que se proyecta el derecho al honor (artículo 18.1 de la Constitución) no admite discriminación alguna por razón de nacimiento, raza o sexo, opiniones o creencias. El odio o el desprecio a todo un pueblo o a cualquier etnia) son incompatibles con el respeto a la dignidad humana…”.
Hoy día, se reconoce como imprescindible la Memoria de la Víctima y cabe mencionar que en el necesario combate contra el Antisemitismo y la Negación del Holocausto, el aporte de sobrevivientes como Primo Levi, Poliakov, Wiesel, la propia Violeta Friedman y otros, son la matriz del reclamo a las Leyes de compromiso al respecto, como recoge la Declaración Marco de Derecho Penal contra el Racismo y la Xenofobia, que requiere a todos los países de la Unión su incorporación para combatir la discriminación antisemita y el negacionismo.
En la Unión Europea se es muy consciente que primero vino la instituciónalización de una discriminación que ya existía en las calles, mediante las Leyes de Nuremberg, y después se avanzó hacia el exterminio por una senda donde el fanatismo fue la gasolina.
LA UNIÓN EUROPEA ADVIERTE DEL PROBLEMA
Que no se conteste que es suficiente con el Código Penal, pues no es así.
Escuchen a la Comisión Europea en la aprobación de la Estrategia Europea contra el Antisemitismo que entre un conjunto amplio de medidas, realiza este llamamiento: “Se anima a los Estados miembros a que: Garanticen que los organismos nacionales de igualdad estén adecuadamente equipados para asegurar que los incidentes de discriminación antisemita se atiendan y denuncien debidamente. Hagan frente a la discriminación antisemita en todos los ámbitos, como la educación y la formación, el empleo, la salud y la vivienda, mediante acciones específicas, por ejemplo, de Formación y Sensibilización”.
Y en su dictamen añade y enfatiza un mandato a efectos de «lege ferenda»: «Los organismos nacionales de igualdad promueven, analizan, supervisan y apoyan la igualdad de trato. En 2022 a más tardar, la Comisión propondrá nueva legislación que refuerce su papel. Las Cartas de la Diversidad incitan a las organizaciones a desarrollar y aplicar políticas de diversidad e inclusión en el lugar de trabajo».
«La Plataforma de la UE sobre las Cartas de la Diversidad se ha creado para permitir el intercambio y la puesta en común de las experiencias y buenas prácticas derivadas de las cartas existentes. También deben afrontar sistemáticamente los retos concretos que supone la detección del antisemitismo en el lugar de trabajo y la lucha contra él. Los datos sobre igualdad correspondientes a personas judías son relativamente escasos debido a los aspectos sensibles de la recogida de datos en función del origen racial o étnico, la religión o las creencias, y al hecho de que los judíos europeos forman un grupo bastante reducido”.
Resulta chocante que no exista mención alguna a la firma por parte de Carmen Calvo, en nombre del Gobierno, de la Declaración sobre el Antisemitismo, siendo parte de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA, en sus siglas en inglés), de la que España conforma junto a 36 países y a la propia Unión Europea, donde se asume que «El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos, que puede expresarse como odio hacia los judíos. Las manifestaciones retóricas y físicas del antisemitismo están dirigidas a individuos judíos o no judíos y / o sus propiedades, hacia instituciones de la comunidad judía e instalaciones religiosas”.
ACTOS DE INTOLERANCIA QUE NO SE CONTEMPLAN
En España se producen numerosos actos de intolerancia antisemita, no registrados, también de intolerancia ideológica o por origen territorial, entre otros, que afectan a una pluralidad indeterminada de personas, que no están referenciados en el texto de la Ley, aunque la clausula general antidiscriminatoria conforme al artículo 14 de la Constitución Española, siempre será una salvaguarda.
Pero en el caso de la profusión de discursos de odio relativos a la negación o banalización del Holocausto, de delitos de genocidio y de lesa humanidad, queda fuera pues solo es posible abordarlo, penalmente cuando estos favorecen un clima de violencia, hostilidad, odio o discriminación, quedando muchas acciones relacionadas con la intolerancia antisemita sin sanción o reproche legal alguno.
Sin embargo organismos internacionales como la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia del Consejo de Europa, la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y otros, insisten en considerarlos tambien infracciones en el ámbito civil o administrativo.
Los actos de intolerancia, por cierto indebidamente no recogidos en el artículo 6 relativo a las “Definiciones”, suponen rechazo, desprecio e irrespeto por ser distinto o contrario, negándole dignidad y derechos (UNESCO 1995), lo que alcanza a personas y colectivos por su condición de “diferentes” y a numerosos incidentes de odio.
Esto afecta de manera significativa a las comunidades judías y a las entidades que les apoyan y defienden; sufren humillaciones, vilipendios, temor a desvelar su identidad, boicoteos como el caso de artistas que han visitado Israel, llamamiento a la desinversión en empresas que mantienen esa relación, promueven resoluciones en instituciones públicas que luego son declaradas ilícitas o sancionadas por los tribunales españoles y europeos.
Ni que decir tienen de la simbología neonazi, las pintadas en sinagogas, los acosos telefónicos, los escraches universitarios, el hostigamiento en las redes, y que muchos son vertidos desde esa triple perspectiva antisemita señalada, así como un sinfín de actos, hoy fuera del ámbito penal, desde difamaciones “ad hominen” en campañas «tuiteras», hasta desinformación y doble rasero interesado, demonización y deslegitimación que alientan el antisemitismo, junto a las nuevas teorías de la conspiración vinculadas al COVID, y que no son debidamente abordadas en nuestro país.
Además del reproche social frente a los comportamientos de intolerancia y discriminación, así como la defensa de la igualdad de trato, necesitamos una legislación democrática bien construida, que no deje espacio a la impunidad y que posibilite su aplicación sin errores.
Necesitamos el refuerzo de la Ley, junto a políticas que no se deben de hacer esperar, por el contario, de no ser así nunca cubriremos este importante déficit de combatir el Antisemitismo que aún tenemos en nuestro país, como nos mostró el bochornoso archivo de la denuncia de una joven neonazi que vertió proclamas antijudías en una reciente manifestación en Madrid.
Ténganlo presente. Su crecimiento o reducción es una buena métrica de la intolerancia en una sociedad.
Corríjanlo señorías. Corríjanlo. No desgracien ustedes esta importante Ley.
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